San Salvador de Cantamuda: un destino perfecto para el fin de semana

Un pueblo con encanto en Palencia

San Salvador de Cantamuda es conocido por su impresionante iglesia románica, considerada una de las más bellas del patrimonio español. Este pintoresco pueblo, situado a 1.112 metros sobre el nivel del mar y rodeado por la majestuosa peña Tremaya, ofrece una combinación perfecta de arte y naturaleza. Ubicado en el corazón del Parque Natural Montaña Palentina, este lugar es uno de los verdaderos tesoros de Castilla y León, con paisajes que incluyen agujas, barrancos y valles profundos que dejan sin aliento.

La comarca está marcada por su carácter fronterizo e incluye varios pueblos encantadores a lo largo del río Pisuerga. En total, son 12 localidades montañosas que conforman el ayuntamiento de La Pernía, como Lebanza y Casavegas. Las ferias tradicionales dedicadas al ganado vacuno y al caballo son un reflejo de la vida rural en estos valles.

Esta región también alberga fauna salvaje como osos pardos y picos imponentes como el Curavacas y el Espigüete. Los miradores excepcionales, como el de Piedrasluengas, ofrecen vistas impresionantes que invitan a disfrutar del entorno natural.

Al llegar a San Salvador de Cantamuda, los visitantes pueden admirar un puente medieval del siglo XIII sobre el Pisuerga antes de dirigirse al templo románico dedicado a San Salvador. Esta iglesia se erige majestuosamente en medio de una pradera, destacando por su espadaña con tres cuerpos que alcanza más de 18 metros de altura.

El interior del templo es igualmente impresionante; su bóveda presenta ornamentación floral y capiteles decorados con escenas sorprendentes que evocan la historia medieval. La iglesia fue construida por la condesa Elvira Favílaz sobre una edificación anterior y ha sido reconocida como Bien de Interés Cultural.

Cada pueblo tiene sus leyendas, y San Salvador no es la excepción. Se cuenta que el nombre Cantamuda proviene de un episodio donde una criada sordomuda rompió su silencio para revelar la verdad durante un momento crítico entre el conde Munio y su esposa Elvira. Agradecida por su salvación, Elvira mandó construir la iglesia en honor a San Salvador.