La postura de la muñeca de trapo: yoga revitalizante para mayores de 50

Introducción a la postura del muñeco de trapo
La postura del muñeco de trapo es una asana de yoga que destaca por su singularidad y beneficios. Esta postura es altamente estimulante, relajante y suave, lo que la convierte en una opción ideal para quienes tienen más de 50 años. Practicarla por las mañanas puede ayudar a activar tu cerebro desde el inicio del día.
Esta asana es sencilla y especialmente adecuada para personas mayores de 50. Comienza en la postura del perro boca abajo, luego camina hacia adelante hasta llegar al borde superior de tu esterilla. Flexiona las rodillas manteniendo los pies a la altura de las caderas.
Asegúrate de que los dedos apunten hacia adelante y los talones estén alineados detrás. Flexiona profundamente las rodillas, permitiendo que el abdomen repose sobre los muslos. Toma tus codos opuestos con ambas manos.
Relaja cabeza, hombros y cuello, dejando caer suavemente la parte superior del cuerpo. Desplaza ligeramente el peso hacia adelante y activa los músculos levantando las rótulas. Si te sientes cómoda, puedes estirar lentamente las piernas, pero recuerda mantener una ligera flexión en las rodillas. Mueve tu cabeza y hombros para liberar tensión.
Puedes seguir sosteniendo tus codos o probar variaciones como entrelazar los dedos detrás del cuerpo o detrás de la cabeza para mayor relajación.
Cualquiera puede practicar esta asana sin importar su nivel, lo que resulta beneficioso a partir de los 50 años. Sin embargo, si tienes lesiones en cuello o espalda, consulta con un profesional antes de intentarlo. Para modificarla, puedes usar bloques de yoga colocándolos frente a ti mientras mantienes las rodillas flexionadas.
Otra opción es utilizar una silla apoyando tus manos en ella mientras mantienes las rodillas dobladas.
Esta asana proporciona una liberación corporal significativa, ayudándote a sentirte más abierta y lista para el día. Es especialmente útil si pasas mucho tiempo sentada, ya que alivia tensiones en la zona lumbar y favorece una mejor alineación vertebral.
No importa dónde sientas tensión; esta postura ayuda a liberar estrés acumulado en todo el cuerpo. Alivia molestias en hombros, espalda baja e incluso mandíbula. La práctica regular puede contribuir a reducir fatiga e insomnio gracias a su efecto tranquilizador sobre el sistema nervioso.
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